No
significa esto negarnos a sentir o a expresar abiertamente nuestras emociones,
lo que ello infiere realmente, es una actitud proactiva que nos anime a buscar
alternativas y a generar -cualquiera que sea su origen- emociones positivas
después del duelo. Cuando nos enfrascamos en la depresión y la desesperanza o
en el miedo a la toma de decisiones, sesgamos toda posibilidad de volver a
empezar, de volver a creer y de construir efectivamente situaciones de
bienestar. Ser exitoso no significa no sufrir, sino, saber asumir y enfrentar
las situaciones difíciles.
Aunque
es innegable que muchas veces la vida nos abroga el papel de víctimas, también
lo es que en muchas circunstancias, nuestra actitud, nuestros pensamientos y
nuestros miedos nos victimizan y nos
hacen responsables de las situaciones que nos rodean.
La
invitación es a la autodeterminación, al optimismo, a ser capaces de
perseverar, a construir, a jamás perder la fe en lo que somos y lo creemos, a
dar lo mejor de lo que tenemos y a dejarnos rodear solo de pensamientos
positivos, de sentimientos nobles y de seres humanos capaces de aportarnos
enseñanzas efectivas para nuestra vida.
Me haces recordar una conversación de hace algunos años, con alguien que invitaba al mundo a dar a la tristeza el lugar que se merece. Esa nueva ola que invita a únicamente contemplar la vida de manera positiva (léase "El Secreto" y todas sus versiones posteriores) ha llevado al mundo a comerse sus problemas, ignorándolos y creando una falsa felicidad que tarde o temprano se habrá de desenmascarar. ¿Qué pasó con el manejo de la tristeza? ¿Con la noche en vela llorando y tragando helado?
ResponderEliminarEl manejo de los sentimientos de alegría y/o tristeza no difiere mucho de las tareas domésticas: cuando se hacen con juicio y a tiempo, la casa está limpia y se ve bien. Pero cuando la basura se acumula por semanas, hay que pedir ayuda (¡y pagar además!) para limpiar todo el mugre. Entonces, ¿por qué no limpiar un poquito todos los días?
Mi invitación es a limpiar la casa, pero de verdad. No a meter el mugre debajo de la alfombra.
¡He dicho Doctora! =)