jueves, 7 de junio de 2012

Del Balance....

Cuando abro los ojos cada mañana y te encuentro a mi lado, cuando recorro cada rincón de nuestro hogar y veo en él nuestras ilusiones hechas realidad, cuando el brillo de los ojos de nuestra hija refleja su alegría, cuando sentados uno al lado del otro reflexionamos sobre los sueños cumplidos, cuando proyectamos juntos nuestras metas futuras, en cada uno de esos momentos y en cada instante de mi vida,  no puedo menos que agradecer a Dios por todas sus bendiciones, por su infinito amor y por permitirnos tanta felicidad.

No obstante, sería ingrato restarnos crédito en estos logros, también es cierto que cada una de nuestras realizaciones ha sido el resultado de la lucha constante, del sacrificio, del apoyo mutuo, del mirar más allá de lo inmediato, del dar todo lo que somos por lo que soñamos, de superar las derrotas con fortaleza y asumir los éxitos con responsabilidad, Dios ha estado ahí, pero nosotros también hemos luchado por estar a la altura de sus exigencias……..

Quienes pudieren creer que las bendiciones de Dios afloran de la suerte y el azar, ignoran las profundas enseñanzas de vida que devienen de la lucha, de la satisfacción infinita de alcanzar los sueños a través del esfuerzo, del valor agregado de la derrota y de la importancia de no desfallecer, de actuar de manera íntegra en nuestra vida personal y laboral, de jamás perder la fe y de compartir todo aquello que Dios nos da con los que nos necesitan.

Algunos podrán pensar que mi punto de vista transcurre entre el fanatismo religioso y la soberbia mundana…..sin embargo, tengo claro el equilibrio racional y emocional que la vida en este planeta demanda. No se mueve la hoja de un árbol sin que Dios lo quiera y nadie recibe en este mundo lo que no merezca. No estoy diciendo con esto, que los seres humanos merezcamos sufrir o padecer, o llevar una vida de dolor, a lo que me refiero es a que estos padecimientos son la mayoría de las veces, el resultado de una vida desordenada, equivocada, malsana, de excesos, hipócrita y en general de una vida lejos de Dios y de sus enseñanzas - cualquiera que sea la idea que se tenga de él., en ultimas, lejos de una vida de respeto por  la ética y la moral o simplemente de una vida de actuar mal, para aquellos más escépticos en la fe.

De cualquier forma, a pesar de las luchas, los retos, los obstáculos, las derrotas y el dolor padecido o que haya por venir, mi paso por la vida ha sido grato, constructivo, formador y alentador y  sea cual fuere la senda por caminar, pondré a Dios como mi escudo, a mi hogar como mi único refugio, y lo que soy, en procura de consolidar un mundo mejor para todos y proporcionar digno ejemplo de vida para quienes nos sucederán.  

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